Esperamos puedan leer este nuevo artículo que se
relaciona con la buena convivencia, donde el rol del adulto como mediador en la
construcción de una ética del intercambio social es fundamental. Estar atentos
desde edades tempranas como los 4, 5 y 6 años para incorporar de manera natural
aquello que "nos hace bien" como miembros de un grupo. Los chicos nos
miran y escuchan atentamente. Reflejemos lo mejor de nosotros.
Equipo Directivo y Orientación
Enseñar la ética del Intercambio Social
Maritchu Seitún - La Nación - Sábado 25/5/2013
"Hoy, los adultos tenemos que
ocuparnos de enseñar y ser modelos para nuestros hijos en algunos temas como
nunca, cuestiones que antes los chicos aprendían sin que nadie hiciera un
esfuerzo especial para lograrlo. Quiero referirme a uno de ellos: la ética del
intercambio social.
Hace no tanto tiempo, los chicos
no invitaban a un amigo delante de otro, el invitado elegía los juegos, se
aceptaba el primer programa y se rechazaban los siguientes aun cuando alguno
fuera mucho más divertido. La primera comunión de la prima era un evento al que
no se podía faltar, se invitaba a todos los compañeros a los cumpleaños, si los
chicos más grandes no dejaban jugar a los más chiquitos se los mandaba a todos
para adentro, etcétera. Las reglas estaban claras y nadie se preguntaba si eran
justas o no, simplemente eran las reglas y todos se regían por las mismas.
Llegaron aires permisivos de
otros continentes, los niños se convirtieron de un día para el otro en su
majestad el hijo, llenos de derechos, con pocos límites y menos obligaciones;
los adultos empezamos a afanarnos para que nuestras criaturas no sufran y así
fueron perdiendo vigencia esas reglas, antiguas y eficaces. Entonces resulta
que hoy el dueño del auto (léase, el hijito de 4 años) entra primero al suyo y
último al de la mamá de su amigo, el que invita elige el juego en su casa,
todos los programas son cancelables e intercambiables por otro mejor, el pijama party se organiza de modo
tal que cuantos más queden afuera, se enteren y sufran..., ¡mejor!
No vivimos en la selva ni
necesitamos enseñarles un sálvese quien pueda. Sí podemos ocuparnos, en cambio,
de que nuestros hijos construyan una ética de la vida social. A veces no dan
ganas, porque si lo hago yo sola mi hijo sufre: nunca juega a lo que él quiere
porque en casa se adapta a lo que elige su invitado y en la casa del amigo a lo
que impone el dueño? Pero sin llegar a ese extremo podemos encontrar un término
medio entre la vieja arbitrariedad y el nuevo reinado de los niños para poner
reglas desde el comienzo, a medida que vayan surgiendo los temas. ¿Por ejemplo?
Aclararles que no hay que invitar a un chico delante de otro al que no quieren
invitar, decirles que hay que aceptar la primera invitación y no cambiarla, instalar
en ellos la práctica de hacer las invitaciones al pijama party por teléfono...
Si no empezamos por nuestros
hijos y dejamos que las cosas continúen así, iremos perdiendo el control y
seguirán creciendo los casos de hostigamiento y abuso en los colegios. ¡Incluso
están apareciendo en jardines de infantes!
Mi
propuesta entonces es que despacito, en la etapa en que empieza a organizarse
en ellos la conciencia moral (que es a partir de los 4 o 5 años), nuestros
hijos vayan conociendo y practicando la regla dorada: No hagas a otro lo que no
quieras que te hagan a vos.
No lo
pueden hacer solos, los más chiquitos están demasiado centrados en sí mismos
para darse cuenta de que sus palabras o acciones pueden lastimar a otros. Los
adultos que los criamos estamos en la posición ideal para comprender sus deseos
y delimitar sus palabras y acciones, de modo que vayan aprendiendo a ponerse en
el lugar del otro y no hacer sufrir innecesariamente a ninguno. Y si nos
encontramos un poco solos en esta tarea, sigamos adelante igual: en el camino,
con seguridad, vamos a encontrar a otra gente que piense igual que nosotros y
además vamos a promover un modelo que otros van a imitar, porque lo van a
reconocer como bueno.
Así, si muchos lo hacemos y otros
nos siguen, veremos disminuir el hostigamiento para aumentar el compañerismo y
la solidaridad entre lo chicos"